Psicóloga Sanitaria, Sexóloga, Terapeuta de Pareja y Familia

14 de mayo de 2025

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Estigmas Sexuales

¿Qué sabemos de los estigmas sexuales? Son muchos los estigmas y discriminaciones que socialmente se establecen para categorizar, minimizar y por supuesto etiquetar, y el sexo ni por lejos está exento de ello, de hecho, parece ser uno de los asuntos más estigmatizados, no solo hoy, esto ocurre desde los inicios de la historia con la falsa creencia del orden social. Aún en el siglo XXI el tema sexual sigue siendo tabú en distintas sociedades y en otras un poco más abiertas, no deja de ser complicado aceptar las innumerables diversidades. Socialmente hablando, a nivel sexual, son ciertas conductas las que se ven aceptadas y otras tantas no y por ello la creación de estigmas Entre estas conductas estigmatizadas podemos englobar unas cuantas, y quizás más de una habrás escuchado, un ejemplo de ello es la actitud diferenciada que “se debe mantener” en los distintos géneros. Una vez más, las sociedades y nosotros mismos, carecemos de libertad para poder sentir, pensar y actuar como realmente queramos hacerlo. Empezando por conceptos de roles sexuales, siempre se ha pensado que el hombre es quien suele y hasta debe ser más activo sexualmente, mientras que la mujer debe ser quien complace y está siempre dispuesta. Lo cierto es que, en realidad esto es un poco diferente. Hay hombres que, por supuesto, tienen un amplio e innegable interés hacia lo sexual, pero también hay muchísimas mujeres que lo comparten y hasta lo superan. Si bien cada día se busca poder manifestarse con mayor claridad, aun no parece ser totalmente aceptado que las mujeres expongan de la misma manera que los hombres sus necesidades y gustos, y es ahí cuando encontramos los estigmas, de hecho, hay frases que son muestras de ello: “piensas como hombre”. Dentro de esas conductas aceptadas que mencioné anteriormente, está la facilidad con la que un hombre puede demandar este tipo de relación, y de hecho es hasta de esperar que así sea, mientras que la mujer, para satisfacer sus necesidades, en efecto, debe esperar que el hombre lo haga -porque el autosatisfacerse también está mal visto-. Mientras que lo opuesto estaría etiquetado malamente. ¿Esto crees que debe ser así? Los estigmas sexuales afectan tanto a hombres como a mujeres, y si incluimos a los demás colectivos de diversidad de género, parece que el tema se complica cada vez más. Todas las personas tenemos necesidades sexuales, el género con el que te identifiques y el sexo que tengas, eso es indiferente. Al igual que se considera “normal” que una mujer no tenga ganas de llevar a cabo un acto sexual (cosa que no es tan normal), es posible aceptar que un hombre no tenga ganas en un momento dado y que sea su pareja femenina quien le demande mayormente dicha actividad. De igual manera es totalmente normal que sea un hombre sensible y la mujer más racional; el hombre que es sensible no deja de ser hombre, por tanto, una mujer que sea muy activa y demandante sexualmente, no deja de ser mujer. Parece que hoy en día esta temática está aún muy presente y arraigada en nuestra cultura, como si se tratara de un patrón irrompible e inquebrantable. Si sabemos que fisiológicamente tenemos necesidades sexuales, ¿Por qué se debe etiquetar a quien lo manifieste o como éste se exprese? Si eres hombre, “debes” ser sexualmente muy activo, de lo contrario, ¿qué pasaría? Lo mismo ocurre con las mujeres, ¿qué pasaría si eres una mujer sexualmente muy activa? Es de reflexionar que este tipo de represión hacia lo interno no solo produce rechazo al otro, sino rechazo a uno mismo y por ende un malestar con el cual, solo cargamos nosotros. ¿Y es que acaso tenemos que ser todos iguales?

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¿Has escuchado sobre la Psicología Perinatal?

La Psicología Perinatal es la rama de la psicología que se encarga de cuidar y acompañar en las necesidades afectivas y emocionales, tanto a las madres como a los padres durante la concepción, el embarazo, parto, post parto y en los primeros meses de vida del/a bebé. El objetivo que tiene esta área de la psicología es ayudar a quienes se convertirán en padres, en todo el proceso que representa su adaptación a este nuevo rol y en las diferentes situaciones que se puedan presentar en el trayecto, así como ofrecer recursos psicológicos que puedan ser necesarios para superar dificultades y mejorar el bienestar. Traer un bebé a nuestras vidas significa muchas cosas y podrían englobarse bajo la palabra “Cambios”. Estos cambios suceden para ambos padres, sobre todo, para la mujer representa cambios hormonales, éstos a su vez se manifiestan en mayor o menor medida, en actitudes, comportamientos, fluctuaciones en el estado anímico, gustos y quizás, los cambios menos evidentes, se encuentran en el pensamiento. Para ambos padres, este período que da paso a una nueva vida representa una crisis, y es llamado de esta forma, por las repercusiones que tiene. A nivel emocional para ambos, hay altos y bajos que dependiendo de los casos pueden ser más notorio en la mujer y en otros, aunque no lo parezca, en el hombre. Este camino, que es todo un reto, inicia con el planteamiento de tener un/a bebé, le sigue la incertidumbre y, por tanto, pensamientos correspondientes: “si haremos las cosas bien”, “si seremos buenos padres”, “si vendrá sano/a”, y hasta se podría pensar si se está realmente preparado para ello, entre muchos otros pensamientos. Posteriormente, la concepción, donde durante la gestación la madre puede empezar a tener un contacto con el/la bebé y crear un vínculo El padre, no lo tiene tan fácil, la creación del vínculo afectivo con el/la pequeña es diferente, inicialmente se puede crear un vínculo con “una idea”, el padre no le ve, él observa el cuerpo de su pareja, que de hecho puede no haber cambiado de forma todavía, se lo puede imaginar más no es totalmente real para él, es apenas pasados unos meses que le puede sentir, y es ahí cuando las cosas empiezan a cambiar. El mundo cambia por completo durante y tras esta vivencia y es por eso que, la psicología perinatal ofrece herramientas para el desarrollo adecuado de vínculos afectivos, especialmente entre la madre y el/la bebé, apoyo en la gestión emocional y ofrece una perspectiva psicosocial de la familia y su entorno, siendo estas situaciones normales parte de otras muchas que pueden surgir a lo largo del proceso. Si bien la psicología perinatal, suele actuar en mayor medida en casos donde es necesario la interrupción del embarazo o frente a complicaciones con el/la recién nacido/a, su labor también se encuentra en ser soporte para la familia sin llegar a tener escenarios como estos. Existen numerosas las circunstancias que pueden presentarse a lo largo de todo este proceso y de las cuales se encarga la psicología perinatal, como lo son los temores, dificultades para concebir, experiencias traumáticas durante la gestación hasta el postparto, rechazo del bebé, control de las emociones y expectativas, depresión y ansiedad -que se pueden manifestar en cualquier momento y en especial en el postparto-, deficiencia en la adaptación al nuevo rol, entre muchas otras. Por otro lado, si las situaciones difíciles empeoran y la concepción del bebe por medios naturales es limitada o, sencillamente la decisión ha sido otra y se contempla la adopción como la mejor opción. Tanto para la adopción como para los distintos tratamientos para concebir, se puede y debe acudir, en los casos que así lo requieran, a la psicología perinatal ya que, con más razón será de gran ayuda para la adopción del rol y hacerle frente a este gran cambio en tu vida, es por eso que, está orientada a la protección de la salud mental de todo el núcleo familiar.